La soledad, tener la familia a kilometros

 

La soledad es una experiencia universal que puede afectarnos de diversas maneras a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, cuando la familia está a kilómetros de distancia, esta sensación puede intensificarse, convirtiéndose en un desafío emocional significativo. En este artículo, exploraremos cómo la distancia de nuestros seres queridos influye en nuestra sensación de soledad y cómo podemos encontrar maneras de enfrentarla y sobrellevarla. La familia, para muchos, es una fuente esencial de apoyo emocional y social. Las conexiones familiares nos proporcionan una sensación de pertenencia y seguridad que es difícil de replicar. Cuando estamos lejos de nuestra familia, ya sea por estudios, trabajo, o cualquier otra razón, esa red de apoyo se vuelve menos accesible, lo que puede generar un sentimiento de aislamiento.

La distancia física puede dificultar las visitas frecuentes, los abrazos y las conversaciones cara a cara que tanto valoramos. Aunque las tecnologías modernas como las videollamadas y las redes sociales nos permiten mantener el contacto, no siempre son suficientes para llenar el vacío que deja la ausencia física de nuestros seres queridos. Establecer un horario regular para comunicarse con la familia puede ayudar a mitigar la sensación de distancia. Las llamadas telefónicas, las videollamadas y los mensajes por WhatsApp son herramientas valiosas. Compartir los detalles de nuestro día a día y escuchar los de nuestros familiares nos ayuda a sentirnos más conectados y apoyados. Es importante construir nuevas relaciones y redes de apoyo en el lugar donde vivimos. Esto puede incluir hacer amigos en el trabajo, en la universidad o en actividades que podamos hacer. Pero muchas veces eso no ocurre y entonces no sentimos más vulnerables y nos sentimos que no encajamos donde estamos. Cuidar de nuestra salud mental y emocional es crucial cuando nos sentimos solos. Esto puede incluir actividades como el ejercicio regular, la meditación, leer, escribir en un diario, o cualquier otra actividad que nos brinde alegría y satisfacción. Mantener una rutina saludable nos ayuda a sentirnos más equilibrados y menos vulnerables a los sentimientos de soledad. Aunque mencione que la tecnología no siempre reemplaza la presencia física, sigue siendo una herramienta poderosa para mantenernos conectados. Programar videollamadas grupales con la familia o utilizar aplicaciones para estar en contacto constante puede hacer una gran diferencia. Siempre que sea posible, planificar visitas regulares a la familia o viceversa puede ayudar a reducir la sensación de distancia. Incluso si estas visitas no pueden ser frecuentes, tener algo que esperar con ansias puede mejorar significativamente nuestro estado de ánimo y bienestar emocional.

Es importante reconocer que la soledad es una emoción natural y que todos la experimentamos en algún momento. Aceptar que sentirse solo a veces es parte de la condición humana nos permite manejar mejor estos sentimientos sin caer en la desesperación. Buscar apoyo profesional, como la terapia, también puede ser una opción valiosa para aprender a lidiar con la soledad de manera constructiva. Tener a la familia a kilómetros de distancia puede ser una fuente significativa de soledad, pero no es una situación insuperable. A través del contacto regular, la construcción de nuevas relaciones, el autocuidado, el aprovechamiento de la tecnología y la planificación de visitas, podemos mitigar estos sentimientos y encontrar maneras de mantenernos conectados con nuestros seres queridos. Aceptar la soledad como una parte normal de la vida y buscar maneras proactivas de enfrentarlo nos permitirá vivir de manera más plena y satisfactoria, independientemente de la distancia física. Yo llevo 17 años viviendo en esta situación, y me he perdido muchos momentos familiares. Para mi uno de ellos y que me duele en el alma es no estar al lado de mis padres, al coger distancia me he dado cuenta de lo que los quiero y lo importantes que son para mí. También otro momento que me he perdido es el ver crecer a mis sobrinos a los que adoro y amo con toda mi alma he estado ahí en su crecimiento, pero no lo he vivido cerca por la distancia, pero siempre que he podido y se me ha permitido estar ahí he estado, y mis sobrinos saben que siempre estará ahí su tía para lo que necesiten o quieran compartir conmigo. Se pierden muchos momentos, pero hay que pensar que ganamos otros y que no estamos solos nos tenemos a nosotros mismos.

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